1984. En pleno éxito de la serie Torpedo, el editor Josep Toutain propone a la pareja artística formada por Enrique Sánchez Abuli y Jordi Bernet buscar nuevos caminos y es así como nace De vuelta a casa. En la época, las revistas estaban muy vinculadas a los géneros, siendo la ciencia ficción, Zona 84, una de las apuestas más firmes del editor. Es por ello por lo que el dúo comienza a desarrollar en la cabecera la historia que nos ocupa,la escapada de unos reos del planeta prisión Goblin en el año 2.250. Muy pronto, los autores exhiben sus auténticas motivaciones y la obra se convierte en una muestra de género negro con múltiples referencias al cine y a la literatura. En De vuelta a casa seguimos las huida de cada uno de los fugados, incapaces de escapar de su nefasto destino. Violadores, asesinos, pederastas son, como en las obras de Fritz Lang, los poco modélicos protagonistas. El retrato psicológico de cada uno de ellos se convierte en eje de la obra y los capítulos (marcados por su salida en la revista) estructuran el relato. Lejos de ser un handicap, De vuelta a casa se disfruta por evitar todo lo superfluo en aras de una narración fluida y sin artificios.
Siendo una obra menor de la pareja, en ella se encuentran las mejores virtudes de la trayectoria de ambos. Los diálogos de Abuli brillan pero no están tan supeditados a los juegos de palabras como en Torpedo y el humor, siempre presente, no lleva la apuesta tan el límite como en Historias negras. En el caso de Bernet, destaca su inimitable blanco y negro, su capacidad para generar atmósferas y ese dibujo semicaturesco que dota de una expresividad sin´límites a cada uno de sus personajes.
Una obra políticamente incorrecta, como todas las que la pareja realizaron, que se mantiene totalmente fresca y que traspira un intenso amor a los grandes nombres del noir para convertirse en un pequeño clásico a reivindicar.
Kike Infame.