Buenos Aires, Argentina, 1967. Robin y Lucho son dos amigos veinteañeros que comparten algunas aficiones. A Robin le gusta escribir mientras que Lucho es dibujante y ya ha publicado alguna historieta en la gran editorial Columba. Lucho le comenta a su amigo que podía escribirle unos guiones de cómic, puesto que no le gustan los que le dan. Robin le dice a su amigo que no sabe cómo se escribe un guion de cómic. El dibujante le explica brevemente qué hace falta para hacer un buen guion. De vuelta a su casa, Robin escribe tres historias cortas de un personaje inventado en la Sumeria histórica. Se los hace llegar a su amigo y el asunto queda ahí.
Unos meses después, Robin está en el quiosco ojeando el último ejemplar de la revista D’Artagnan de Columba y ve que ahí aparece una historieta titulada “Historia para Lagash” dibujada por su amigo Lucho Olivera y escrita por Robin Wood. Él mismo. La sorpresa le dura incluso más allá del momento en que llega a las oficinas de la editorial a presentarse. El editor, tras comprobar que efectivamente ese joven zarrapastroso es el escritor de “Historia para Lagash”, le ofrece trabajo regular como guionista, pagado infinitamente mejor que su trabajo en la fábrica (por cada guion de historieta le iban a pagar lo equivalente a cinco meses de trabajo en la fábrica). El resto es historia. Nippur de Lagash es el primer personaje de la extensa carrera comiquera de Robin Wood, al que luego siguieron cientos de series como Dago, Dennis Martin, Jackaroe, Pepe Sánchez, Mark, Merlín, Drácula, Mi novia y yo, Gilgamesh… Todas ellas fantásticas series, pero en mi opinión ninguna tan potente como su inicial Nippur. Nippur de Lagash es una novela río. Por las páginas de sus 446 episodios van pasando amigos (Ur-El, Hattusil, Teseo) y familia de Nippur. Le vemos tener multitud de aventuras, enamorarse (Nofretamon, Karien), ser secuestrado y esclavizado, ser liberado, traicionado… Le vemos tener un hijo. Le vemos perder un ojo. Su vida va pasando por delante de nosotros. Le conoceremos como El Errante. Más tarde como El Incorruptible, lo que da cierta idea de parte de su carácter. Las aventuras de Nippur transcurren en el tercer milenio a.C., pero no solo en Sumeria. Nippur viaja por otras civilizaciones de la época como el imperio egipcio y la cultura minoica.
Tras el abandono de la serie por parte del dibujante original, Lucho Olivera, siguieron otros dibujantes como Sergio Mulko, Ricardo Villagrán, Jorge Zaffino, Carlos Leopardi o Enrique Villagrán. Respecto a la forma de escribir esta serie, Robin Wood emplea un estilo florido, con certeras y poéticas descripciones de lugares y de emociones. La mezcla de este estilo de textos descriptivos con un dibujo de corte realista y la potencia de las historias que se narran, da como resultado una serie cohesionada, a pesar de que estuvo publicándose durante más de 30 años. Nippur de Lagash es un tesoro histórico para la Argentina. Uno más de sus mitos fundacionales, tan importante para el país como lo son en sus respectivos ámbitos Diego Armando Maradona o Carlos Gardel. Curioso que el cantante de tangos fuera uruguayo de nacimiento mientras que el escritor de Nippur y demás obras fuera paraguayo. Cosas de la vida.
Santi Selvi