Además de ser un extraordinario escritor Carlos Sampayo es un gran experto en música jazz. Una erudición que ha demostrado en los libros y artículos que ha escrito sobre el tema. Además, ese amor se ha visto reflejado en sus trabajos en el mundo del cómic, donde la música siempre ha tenido una gran presencia en algunos casos de manera indirecta y en otros con un protagonismo total ya que tienen a una figura relevante del medio como figura central como sucede en Billie Holiday, una biografía que dedico al musico dibujado por el inmenso José Muñoz, y lo mismo sucede con Fats Waller, un cómic en el que el célebre pianista y compositor es el eje que vertebra una historia que nos transporta a los últimos años de la década de los treinta. En esta ocasión el encargado de ilustrarla es el italiano Igort, uno de los grandes renovadores a principios de este siglo del cómic transalpino gracias a obras como 5, el número perfecto o los cómics en los que relato sus periplos por Rusia, Ucrania o Japón. Se trata de la única colaboración de ambos autores, lo que es una pena puesto que el resultado es magnífico, algo que no es una sorpresa dado el enorme talento que ambos atesoran.
Fats Waller (1904 – 1943) fue un compositor y pianista nacido en Harlem que cosecho un gran éxito en la década de los treinta, gracias a sus interpretaciones y a las canciones y comedias musicales que creo. Su música era tan universal y extraordinaria que no podía ser encerrada en su propio país y pudo llenar de alegría a todos los que la escuchaban, pese a las fronteras, las crisis económicas y las deleznables ideologías totalitarias que dominaron de Europa en esa década.
En lugar de crear una biografía al uso, Sampayo e Igort optan por relatarnos una historia coral en la que la música del Fats sirve como argamasa para unir las historias de un variopinto grupo de personajes que se van entrecruzando a lo largo del tomo. La fascinación que provocaba su música nos permite viajar desde la Nueva York donde reside el artista hasta lugares tan lejanos como a la España desangrada por la Guerra Civil, una señorial mansión inglesa donde reside un lord filo-fascista, el fascinante Paris bohemio o las calles de Austria donde los nazis empiezan a aterrorizar a sus habitantes. Un viaje por el globo terráqueo que nos permite ver una visión panorámica de las causas que acabaron por provocar la Segunda Guerra Mundial, pero sin que los autores caigan en la necesidad de sobre explicar los acontecimientos que están mostrando.
Un retrato de una época no solo musical y político sino también visual, gracias a un Igort en estado de gracia que dota a toda a lo obra de una meticulosa elegancia innata, gracias a un trazo muy preciso y una elección cromática marca por los tomos sepias propios de las fotografías. El uso de planos amplios y el ritmo pausado de la narración le permite deleitarnos con unos fondos llenos de detalles que no permiten sentir que nos transportan hasta los distintos escenarios y ambientes de la obra y respirar sus atmósferas, pero sin la necesidad de recargarlos excesivamente.
La obra fue publicada de manera exquisita en España en el año 2005 por la desaparecida y añorada Ediciones Sins Entido y hoy en día no es nada fácil de encontrar. Ojalá alguna editorial se acuerde de ella y haga una buena reedición, ya que es un trabajo esplendido que merece poder ser accesible para cualquier lector.
Diego García Rouco