Sergio Izquierdo Betete (Burgos, 1980) es un autor comprometido y polivalente. Este docente de Geografía e Historia (autor de varios proyectos didácticos de innovación educativa comoTras las sombras del III Reich sobre Burgos o la aplicación de la novela gráfica La Balada del Norte en el aula a través de un proyecto con el autor Alfonso Zapico), periodista alternativo (en varios blogs y podcast online sobre historia, cómic y literatura), locutor (desde hace más de una década presta su voz al podcast Radio Onda Expansiva) y guionista plantea una obra valiente y decidida con la intención unamuniana de remover conciencias. En nuestro medio es junto a Álex Rozados autor de las historias cortas en formato grapa “Semillas de Libertad” (2019), editado por CNT-Burgos, y “Memorias del hombre pájaro” (Lecturas de Zamarraco, 2020). Recientemente ha publicado tras un exitoso crowdfunding con La Oveja Roja, su novela gráfica Gamonal, en colaboración con María de la Fuente Soro donde relata la lucha de este barrio burgalés contra la especulación inmobiliaria y los abusos de los poderosos. De ella tenemos la suerte de que nos hable en nuestra web.
1: Háblanos de tu pasión por la historieta. ¿Cuándo nace en ti la necesidad de contar historias?
Podría decir que mi pasión por la historieta surge en mi desde la propia adolescencia cuando, como casi todos los chavales de mi generación, devoraba infinidad de tebeos que nos íbamos pasando de mano en mano. Los comics eran ese tipo de cosas que contribuían a que la en ocasiones gris realidad de una ciudad de provincias de los años 80-90 fuese menos agobiante. La lectura, no sólo de historietas, sino de muchos géneros más, fue una suerte de refugio personal que con el tiempo dio paso a esa necesidad de contar historias que está presente en todo narrador que se precie.
Aunque he de decir que con apenas 14 años hice mis primeros pinitos con una serie de tebeos que hacíamos entre los amigos del barrio, y que circulaban exclusivamente solo entre nosotros, mi experiencia como creador de cómics es más bien reciente. He buceado en otros tantos géneros que van desde la poesía al relato breve; pero también el periodismo alternativo y la divulgación histórica. En todas estas experiencias subyace la necesidad de compartir las inquietudes que han terminado por forjar mi propia personalidad y que suelen girar casi siempre en torno a cuestiones sociales.
2: Como guionista, ¿cuáles son tus referentes?
No cabe duda de que grandes guionistas de cómic en lengua inglesa como Alan Moore o Frank Miller me han influenciado y atraído tanto como lector como creador de tebeos. Pero, si hoy en día he encaminado mi trayectoria creativa hacia el mundo del guion de cómic es debido a personas como Antonio Altarriba. Aún recuerdo cuando decidí plasmar en un guion todos los elementos que componen el universo al que damos vida en Gamonal: en el eco de un mismo recuerdo lo primero que hice fue leerme de un tirón el guion técnico de El arte de volar que Antonio tiene alojado en su página web. Esto surgió de la necesidad básica de aprender cómo diantres se hacía un guion para un medio tan singular como es el cómic y no lanzarme a la aventura como pollo sin cabeza, que es lo que finalmente hice de todos modos.
Por otro lado, tengo que citar también a Mikel Begoña, autor de obras como El pico de los cuervos (Norma Editorial, 2011) o Hélice (Harriet Ediciones, 2020). Mikel fue quien me dio los primeros consejos para iniciarme en un mundo del que prácticamente desconocía todo. Recientemente he aprendido mucho gracias a la obra teórica de David Muñoz y su libro Escribir con viñetas, pensar en bocadillos (Es pop Ediciones, 2020) que han supuesto para mí un auténtico revulsivo y me han ayudado a estructurar mejor el proceso de escritura. En ese mismo sentido, estoy eternamente agradecido a Fernando Llor, cuyos artículos en diferentes webs resultan muy útiles para aquellos que nos embarcamos en este mundo.
3: También es conocida tu faceta como historiador, tanto a la hora de investigar como docente. ¿Hasta qué punto son complementarios la Historia y el cómic?
El uso del cómic como herramienta es absolutamente compatible tanto con la enseñanza de la Historia, como con cualquier otra disciplina. El arte secuencial ofrece un inagotable abanico de posibilidades expresivas, muchas de ellas aún por explorar, que casan magníficamente con la divulgación histórica y la tarea propia del historiador. Las estanterías de las bibliotecas están llenas de volúmenes en los que, desde una perspectiva u otra, se aborda la Historia a través del cómic. Además, en el ámbito propio de la docencia, el 9º Arte permite acercar a los alumnos, sobre todo a aquellos de los grupos iniciales, aspectos de las civilizaciones del pasado que de otro modo podrían resultar extremadamente áridos y lejanos. Todo esto se multiplica exponencialmente si además se enseña Historia en un contexto bilingüe, como fue mi caso durante años en los que estuve trabajando como profesor de Historia y español en varias ciudades de Polonia. Tanto durante aquellos años, como en el presente, siempre que puedo trabajo con el cómic como recurso. Para quien quiera acercarse a este proyecto que conecta e Historia e Historieta dejo a su disposición el siguiente enlace: http://profeshispanica.blogspot.com/search/label/C%C3%B3mic
Es necesario recalcar que, el cómic es un recurso que permite a los chavales dar rienda suelta a sus competencias creativas, aspecto que no siempre es tenido en cuenta en la enseñanza reglada pero que es fundamental en el desarrollo de las personas.
4: ¿Cuándo surge “Gamonal”? ¿Qué significa Gamonal para Burgos?
El cómic surge en marzo de 2017 cuando, junto con el historiador Fernando Ortega Barriuso, llegamos a la conclusión de que es necesario plantear una obra que expliqué las protestas que unos años antes se habían producido en Gamonal y que, debido a su extensión a otras ciudades, se convirtieron en una autentica cuestión de Estado. El proyecto trataba de continuar la senda de otras obras que, desde géneros como el ensayo o la fotografía, habían abordado el análisis de lo ocurrido en Gamonal. De esta manera nos planteamos que el cómic podría ser el lenguaje más apropiado ya que aportaba un enfoque novedoso y abría la puerta a la gran variedad de posibilidades narrativas que están presentes en el 9º Arte. Esto, unido a mi pasión por le historieta, hizo que contactásemos con un dibujante vinculado a los movimientos sociales de Burgos que fue el primero en asumir el reto y abrir el camino. Por desgracia, este primer dibujante no pudo concluir la novela gráfica debido a cuestiones personales y, finalmente, fue María de la Fuente quien asumió la responsabilidad de terminar la obra. En principio ella abordó el proyecto como si se tratase de un encargo, pero tras más de dos años de trabajo, Gamonal se ha convertido en algo que ha sentido como propio y ha convertido en una narración personal e intransferible. Aun no siendo María la dibujante que iniciase el proyecto, su aportación ha sido decisiva y gracias a ella este cómic es por fin una realidad tangible.
Según Virgilio Mazuela, uno de los personajes principales de nuestra novela gráfica y figura destacada la cultura burgalesa de finales del siglo XX, Gamonal es “la verruga a modo de extrarradio que le salió a una ciudad milenaria que vive a la sombra de una catedral”. Gamonal fue el patio trasero a partir del cual Burgos inicio su proceso de industrialización y expansión durante la década de los 60 configurando un espacio urbano caótico que hoy en día sigue siendo reconocible y marca de identidad. Pero en ese sentido, Gamonal no es muy diferente a otros tantos barrios obreros de otras tantas ciudades como Baracaldo, Vallecas o La Verneda, por citar solo algunos casos. Alfonso Zapico en el prólogo de nuestro cómic lo explica de una manera muy elocuente: “con los territorios donde habita la clase trabajadora pasa lo mismo que con las familias felices de Tolstoi, pero al revés: los barrios que sufren se parecen mucho unos a otros”.
5: ¿Cuál era tu motivación?
Partí de un hecho básico: la necesidad de poner en valor las protestas vecinales de enero de 2014 que supusieron un auténtico estallido social. En medio de los momentos más duros de la crisis económica iniciada en 2008, y cuando muchos tertulianos se preguntaban aquello de “con la que está cayendo, ¿cómo no se desata una revuelta social en España?”, Gamonal fue el lugar, a priori, más inesperado, donde esa revuelta tuvo lugar. De esta manera, las protestas de Gamonal irrumpieron en la cotidianidad de muchas personas anónimas convirtiéndose en un ejemplo de cómo la unión de unos vecinos de “una ciudad cualquiera y de un barrio cualquiera”, eran capaces de vencer a los más poderosos.
Y digo “a priori” que Gamonal era el lugar más inesperado para que esto sucediera porque en el barrio donde me he criado se han vivido numerosas protestas vecinales que se han repetido de forma cíclica en los últimos 40 años. Yo mismo he sido testigo de alguna de ellas en mayor o menor medida. Por lo tanto, tratar de encontrar la explicación al estallido de estas revueltas vecinales cíclicas, y cómo estás se han proyectado en el presente, ha sido otra de las principales motivaciones de este cómic.
6: ¿Podríamos considerarla cómic social? Y si es así, ¿crees que nos encontramos en una edad de oro de este género?
Por sus características propias y la forma en la que está desarrollado, Gamonal: en el eco de un mismo recuerdo es sin duda un cómic social. No sé si nos encontramos en la actualidad en una edad de oro de este género, pero lo cierto es que cada vez se publican más cómics de contenido social, algo que como lector es una gozada y además contribuye a expandir los horizontes creativos de la novela gráfica.
7: ¿Cuáles son los testimonios reales de los que partes? ¿Cómo habéis concretado la labor de campo?
Para dar a luz una obra como Gamonal ha sido necesario un importante trabajo de documentación en el que se han combinado los testimonios de las personas que participaron en los hechos que narramos, así como las vivencias personales que acumulo como persona que se ha criado en este barrio. En ese sentido, y al igual que otros que se han plasmado la historia de Gamonal a través de otras publicaciones, además de empaparnos de todo lo publicado hasta la fecha sobre Gamonal y sus conflictos, han sido necesarias multitud de entrevistas con los vecinos que vivieron en primera persona las protestas y otros episodios históricos que plasmamos en el tebeo. En ese sentido, y en la línea propia del cómic documental, algunos de ellos aparecen reflejados como personajes de la narración. Por ejemplo, el relojero libertario que acompaña a nuestra joven protagonista es una persona de carne y hueso veterano de muchas batallas en Gamonal. Desde un primer momento me pareció importante que tuviera un peso específico en la narración como símbolo de la memoria colectiva con el que pueden verse reflejados los vecinos del barrio.
8: ¿Cuál es tu secreto para conseguir que toda tu precisa y milimétrica documentación no lastre la intensidad narrativa de la historia?
Quizás hablar de un secreto sea concederse demasiada importancia, pero tengo que reconocer que abordar cómo se iba a estructurar el relato fue uno de los aspectos sobre los que más reflexioné antes de iniciar la redacción del guion. De entrada, rechace la posibilidad de plantear el cómic como una mera descripción de acontecimientos realizada a través de una voz en off a modo de narrador. Me parecía que esta opción podría aburrir horrores, incluso a los más apasionados por el tema. Por otro lo lado, qué mejor manera de plantear un cómic documental como el nuestro que a través de un personaje de ficción encarnado en una joven estudiante de Sociología que realiza un trabajo académico sobre Gamonal. Con la figura de Laia se nos abría un gran abanico de posibilidades narrativas que se multiplicaban exponencialmente si además dotábamos a nuestra estudiante de un objetivo primario: resolver un inconfesable secreto que los suyos intentan ocultarle y que tiene que ver a partes iguales con Gamonal y su padre.
9: Junto al rigor histórico, conviven retazos de realismo mágico. ¿Por qué decides aplicar este recurso?
Como comentaba anteriormente, el cómic toma como hilo conductor la investigación sociológica que realiza Laia, una opción que nos permitía exponer la mucha y muy variada documentación disponible a través del formato de entrevistas que nuestra joven estudiante realiza a los vecinos participantes en las protestas. La introducción de los retazos de realismo mágico responde a la misma necesidad de buscar que nuestra protagonista tuviese un objetivo primario: hacer avanzar la trama y que la densidad de los datos históricos aportados no se le atragantara al lector. De esta manera, la incursión de personajes como el del espíritu del escritor burgalés Virgilio Mazuela, quien será el encargado de guiar a Laia entre el laberinto de calles de una ciudad en la que se encuentra atrapado a la espera de pasar “al otro lado”, hace que nuestra novela gráfica tanga una voz propia sin que por ello pierda ni un ápice de rigor histórico. El resultado final es un tebeo que nos propone una narración hilvanada a través de varias tramas argumentales que se superponen entre sí como si de aquellas famosas muñecas matrisukas se tratase y que giran de forma concéntrica sobre los personajes. El principal es Laia, pero sobre todo destaca ese otro personaje colectivo que representa el propio barrio de Gamonal.
10: Los distintos personajes de la historia de Burgos presentes en la trama, ¿configuran una especie de conciencia colectiva? ¿Cómo definirías tu ciudad?
Burgos es sin duda una ciudad conservadora, pero más allá del Burgos oficial existe otro Burgos, quizás más subterráneo y aún por descubrir, que se articula a través de otros parámetros sociológicos. Los personajes del cómic forman parte de esa conciencia colectiva de una realidad que, por mucho que se quiera ocultar, también existe. Gamonal es uno de los reflejos de ese otro Burgos que cuando se hace ruidosamente presente sorprende a propios y a extraños, pero que históricamente siempre estuvo ahí. Esta novela gráfica contribuye a dar visibilidad a esa conciencia colectiva que durante siglos no se ha querido mostrar, pero que forma parte de las entrañas de la ciudad.
11: ¿Cómo nace tu colaboración con María de la Fuente Soro?
María y yo nos conocimos hace ya muchos años en el ámbito de las excavaciones arqueológicas que cada verano tienen lugar en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca. La nuestra es además una ciudad pequeña, y aunque ambos hemos estado viviendo fuera de ella durante mucho tiempo, nos hemos ido encontrando por el camino durante todos estos años. El primer cómic que realizamos juntos fue una historia corta de tres páginas en la que a modo de folleto se explicaba la historia del Centro Social de Gamonal, un espacio que surgió tras las protestas de 2014. En esa primera colaboración encajamos muy bien y, como ya he comentado anteriormente, tras el abandono del proyecto del primer dibujante pensé inmediatamente en María para retomar la novela gráfica sobre Gamonal. Tras más de dos años de trabajo, y no pocas peripecias, hemos logrado concluir este libro que ojalá sea sólo el primero de una larga lista.
12: ¿Qué destacarías de tu compañera? ¿Cómo concretabais vuestro proceso de trabajo?
María ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria artística en el ámbito de la ilustración infantil, aspecto que lejos de suponer un hándicap para el proyecto ha contribuido a enriquecer el resultado final de la obra. Las escenas de acción de las protestas y los pasajes más intimistas de la trama familiar de Laia se suceden sin que se haya ninguna disonancia narrativa gracias al buen hacer de su dibujo. Con este tebeo ha demostrado además tener una enorme capacidad de adaptación a universo como el del cómic social al que no estaba habituada, y en el que ha sabido moverse como pez en el agua. Ella misma afirma que algunas de las escenas de las batallas y las cargas policiales le perturbaban sobremanera, pero llevándoselas a su terreno ha conseguido unos resultados muy evocadores que se apartan del cliché con el que en ocasiones se representas estas temáticas.
En el proceso de trabajo ha habido una comunicación constante, mi cometido no era sólo hacerle llegar un guion lo más detallado posible, sino tratar de facilitarle la gran cantidad de recursos visuales que han sido necesarios para desarrollar el cómic. Ella, por su parte, también ha entrado en mi terreno y me aportó infinidad de consejos para conseguir que los diálogos de nuestros personajes sonarán frescos y menos encorsetados. Cuando se forma tándem creativo hacer un cómic es siempre un proceso de trabajo en equipo. Conseguir una comunicación fluida con quien dibuja y ser paciente con su trabajo son virtudes que deberían estar presentes en todo guionista.
13: ¿De qué secuencia te sientes más orgulloso?
Es una pregunta realmente difícil de responder y no sabría decantarme por una en concreto. La intensidad narrativa que se alcanza en las escenas de la batalla entre vecinos y policía que plasmamos en el capítulo cuarto tiene una fuerza sobrecogedora y quizás es una de las secuencias más impactantes del cómic. No obstante, aquella otra en la que reflejamos a modo de flashback como fue detenido y finalmente asesinado al inicio de la guerra civil Fernando Plasencia Sastre, el maestro del antiguo pueblo de Gamonal de Río Pico, me parece también especialmente reseñable por la cara dramática que lleva implícita.
No podría tampoco dejar de señalar esa secuencia en la que recogemos a modo de epílogo la manera en la que nuestro Virgilio Mazuela concluye finalmente la misión que le ha sido asignada. El tono pausado, además de las múltiples referencias simbólicas y poéticas que contiene, hacen de esta secuencia una de las partes más emotivas de la novela gráfica.
14: ¿Cuál ha sido la repercusión de vuestra obra? ¿Qué opinan los vecinos?
Quizás es todavía un poco pronto para hacer una valoración sobre cuál ha sido la repercusión que ha obtenido nuestra obra ya que hace apenas unas semanas que ha sido publicada. No obstante, en líneas generales, y teniendo en cuenta las valoraciones que nos van llegando, el impacto de la misma no podría ser más positivo. La novela gráfica está despertando un gran interés entre los vecinos de Gamonal ya que refleja algunos de los momentos más intensos de las protestas de las que fueron protagonistas y les hicieron mundialmente famosos. Ver reflejadas entre las páginas del libro a algunas de las personas y los lugares que componen la realidad cotidiana del barrio, es un aliciente que hace que este tebeo sea especialmente emotivo para ellos. Gamonal. En el eco de un mismo recuerdo esta presente en el escaparate de todas las librerías del barrio, y del resto de la ciudad, y va camino de convertirse en un pequeño betseller local. Esperamos que fuera de nuestro ámbito más cercano tenga también una buena acogida.
Otro aspecto que está influyendo en la repercusión de nuestra obra, es que el cómic ha visto la luz justo en el momento en el que el debate sobre el futuro urbanístico de Gamonal vuelve a estar presente. Una cuestión que, como de costumbre, sigue generando vivas e intensas polémicas. En este sentido, el cómic aporta la memoria de lo que ha ocurrido históricamente en Gamonal cuando se han tratado de imponer por la fuerza decisiones que afectan a la vida de las personas que habitan el barrio.
15: Podrías comentarnos tus planes de futuro más inmediatos en nuestro medio.
Tras un trabajo tan intenso como el que hemos realizado con Gamonal ahora es necesario un pequeño tiempo de reposo para preparar otros proyectos. Con María estoy tratando de definir las líneas argumentales de un nuevo cómic que aún se encuentra en una fase muy inicial y que prevemos tenga una menor extensión. De lo poco que puedo contar sobre el mismo es que, probablemente, girará en torno al mundo de la prehistoria, un mundo en el que ambos coincidimos hace años y que nos apasiona por igual.
Con Alex Rozados, dibujante con el que he realizado la historia corta Memorias del hombre pájaro, un cómic sobre Diego Marín Aguilera, inventor y pionero de la aviación nada más y nada menos que en el siglo XVIII, estoy realizando una pequeña novela gráfica ambientada en la Rusia de finales del siglo XIX que tiene como uno de sus principales referentes los demonios que atormentaron a Dostoievski y el asesinato del zar Alejandro II.
Una entrevista de Javier Mora.